jueves, 10 de abril de 2014

SUBMARINOS ALEMANES


LA VIDA A BORDO EN LOS SUBMARINOS ALEMANES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Los alemanes consideraban a sus submarinistas como héroes que llevaban vidas glamorosas, pero la realidad a bordo era algo completamente distinto.

 

En los U-Boot se vivía en un mundo angosto y fétido, y los hombres se debatían entre el aburrimiento, la incomodidad y el miedo. Las dotaciones vivían en compartimentos atestados de maquinaria, instrumentos o torpedos, durmiendo sobre estos últimos.

Los motores diésel elevaban la temperatura hasta casi los 50°C. El aire se volvía sofocante y casi irrespirable durante los largos períodos de inmersión. El agua potable era escasa; no había duchas, y nadie se bañaba durante los casi tres meses que duraba una patrulla.

Al olor de los cuerpos sudorosos se sumaba el de las sentinas, cocina, ropas mohosas, gasóleo, gases ácidos de las baterías y colonia de limón que utilizaban los hombres para eliminar la sal de sus rostros.

No había intimidad ni sosiego. Siempre había luces encendidas, pitidos de las comunicaciones por radio, zumbido de bombas y compresores, y tableteo de motores diésel.

El terror provocado por los submarinos alemanes era igual al que afrontaban sus propias dotaciones de éstos. Estar embarcado en un submarino era uno de los puestos de combate más duros de la 2ª Guerra Mundial.